¿Qué es la defensa personal?

defensa personal

Según la definición oficial, la defensa personal es un conjunto de habilidades técnico-tácticas encaminadas a impedir o repeler​ una agresión, realizadas por uno mismo y para sí mismo. En este artículo vamos a profundizar en varios aspectos para comprender su origen.

Hay que comenzar diciendo que cualquier sistema de defensa personal que exista está compuesto de un abanico técnico proveniente de una o varias artes marciales. Vamos a explicarlo de manera sencilla.

Existen tres tipos distintos de conceptos iniciales que conviene distinguir: artes marciales, deportes de contacto y sistemas de defensa personal.

1. Artes Marciales

Son las artes originales de guerra por excelencia, lo que se llama coloquialmente artes marciales tradicionales. Algunas tienen siglos o incluso milenios de historia. Cada región del planeta tiene sus propias artes marciales en función de las necesidades de supervivencia de la época. Y suelen estudiar tanto el combate desarmado como táctica y técnica de batalla con armas.

– Artes Marciales Europeas: la esgrima, los tratados europeos de espada de mano y media, el sable, alabarda, arquería, pankration, palo canario, etc.

– Artes Marciales Asiáticas: Karate, Kenjutsu, Budo, Taijutsu, Bujutsu, Jujutsu, Kung fu, Wing chun, Escrima Filipino, Muay Thay Boran, Bokator, Kalaripayatu, Penkak silat, etc.

– Artes Marciales Africanas: Cape, Nguni, Lucha Nubia, Laamb.

2. Deportes de contacto

Son variantes lúdicas y deportivas de las artes marciales antes citadas. Se construyeron retirando el apartado técnico mortal peligroso y lesivo de las artes marciales para poder desarrollar una práctica más ociosa y enfocada a la salud física y mental.

No hay que engañarse, una persona bien entrenada en un deporte de contacto puede perfectamente defenderse de una agresión con extrema efectividad, ya que estas artes se entrenan con mucha intensidad desarrollando fondo, habilidad, agilidad y reflejos superiores a los de una persona corriente. Pero no están enfocadas a situaciones reales donde pueden surgir armas o múltiples adversarios. Muchas artes marciales ya existentes simplemente se deportivizaron con el mismo nombre.

Ejemplos de estos deportes son: boxeo, full contact, kick boxing, karate olímpico, boxeo tailandés, tae kwon do, judo, grappling, jiujitsu brasileño, las MMA (artes marciales mixtas), el kendo, la esgrima olímpica, etc.

3. Sistemas de defensa personal

Creados a raíz de recoger recursos técnicos tanto de artes marciales como de deportes de contacto. Normalmente tratan de ser sistemas simplificados donde se recogen las técnicas más sencillas de asumir, pero que a su vez tengan suficiente contundencia para repeler un enfrentamiento. Suelen ser por lo general de origen militar/policial/seguridad, con lo cual son métodos modernos.

Esto es complejo, ya que es difícil adaptarse y fluir ante la extensa diversidad de circunstancias que se dan durante una agresión con un bagaje técnico reducido. Más complicado aún si el adversario es alguien experimentado en combate cuerpo a cuerpo.

Es importante por lo tanto tener en cuenta que para encontrarnos ante un buen instructor de defensa personal este instructor debe, a su vez, ser maestro de algún arte marcial o deporte de contacto. De lo contrario, puedes caer en manos de instructores no cualificados que solo enseñan técnicas estáticas imposibles de aplicar en una agresión real.

Ejemplos de sistemas son: Krav Maga, combatives, systema ruso, U.S marine self defense, el tae kwon do militar, el boxe de rué, Mastro system o Wing revolution.

Para escoger un buen instructor o Maestro es importante conocer a la persona, ver la honestidad, capacidad y habilidad real de esta y comprobar si realmente su técnica es efectiva bajo presión.

Hay que tener especial cuidado con cursos de defensa personal o clases de instructores que:

– Prometan efectividad en muy poco tiempo o en un solo curso.

– Prometan efectividad 100% o invulnerabilidad.

– Prometan que su sistema es muy fácil de aplicar ante una agresión real creando una falsa sensación de seguridad que puede ser fatal.

– Cursos/clases de defensa personal feminista donde personas sin conocimientos de ningún tipo se aventuran a enseñar “técnicas” y adoctrinamiento ideológico a alumnos que realmente necesitan una buena instrucción de calidad y apoyo moral constructivo. Normalmente estos cursos son para llevarse la subvención regional de turno y los instruye el primo del concejal de turno o el panadero del municipio.

– Clases/cursos con publicidades macarras donde se banaliza la violencia.

Cualquier enfrentamiento o defensa legítima está sujeta al marco legal y excederse de la proporcionalidad de la agresión puede llevarnos a prisión.  Normalmente, este tipo de formaciones tienen coletillas comerciales tales como «Defensa personal Explosiva” ,»Defensa personal extrema», «¡Empoderate!» etc.

CONCLUSIÓN

La defensa personal es un asunto muy serio, tanto que los gobiernos de diversos países invierten millones de dólares al año en instruir a sus cuerpos policiales y militares para estar preparados en su intervenciones. Las agresiones están a la orden del día, son algo natural y cotidiano en el ser humano y aunque vivamos en un país seguro la probabilidad de vivir un episodio violento nunca es cero.

Hay que comprender que su práctica para ser efectiva requiere dedicación y constancia. No es fácil enfrentarse a un agresor real ni siquiera aún con entrenamiento y experiencia. Con lo cual, la base de cualquier autodefensa es la observación, mantener las distancias, el control de la situación y evitar asumir peligros innecesarios.

No es necesario rebosar agresividad, ni ser una ametralladora de golpes para repeler una posible agresión. Es más, esto precisamente puede crear el efecto contrario y convertir un simple enfrentamiento que se pudo saldar hablando o con una inmovilización en una pelea sangrienta, agresiva y mortal sin sentido.

Piensa que aquel que te agrede o te ataca es una persona confundida que en otras circunstancias diferentes  quizás pudo ser tu amigo. Intenta evitar el conflicto o razona con dicho individuo antes de actuar de manera desproporcionada. «El mejor guerrero es el que vence sin desenvainar».

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